Santi Larburu
Esta pandemia está suponiendo un verdadero cataclismo en las personas y estructuras que conformamos esta sociedad. Las personas mayores hemos sido las principales víctimas del Covid19, ya que la mortalidad se ha cebado especialmente en nosotros. Además, y, por si fuera poco, ha agudizado problemas que veníamos arrastrando antes de la pandemia, uno de los cuales es el envejecimiento de la población y las derivadas económicas y sociales que ello comporta y que están poniendo en jaque a nuestro Estado de Bienestar.
Las personas mayores, que hemos aportado a la sociedad nuestro trabajo y hemos contribuido económicamente a un sistema de protección que nos prometía un envejecimiento sano, feliz, económicamente estable y protegidos de todas las adversidades, se ha visto desequilibrado por un bichito microscópico y nos ha hecho conscientes de nuestras debilidades y de que esa felicidad prometida corre el peligro de desvanecerse como un castillo de naipes, sumergiéndonos en un sálvese quien pueda.
El Observatorio Vasco del Tercer Sector ha publicado recientemente un trabajo sobre el impacto del Covid19 en estas organizaciones y en especial en sus personas destinatarias. En su diagnóstico general los principales factores observados, que más impacto han causado, son los problemas derivados del confinamiento, de la brecha digital, la falta de recursos económicos y la soledad no deseada. Estos factores se han dejado sentir, sobre todo, en la población dependiente y el de las personas mayores, que en muchos casos se han autoconfinado, lo que ha provocado y reducido sus formas de contacto humano y social.
Durante esta pandemia las personas mayores hemos sido centro de atención continua en los medios de comunicación y se han originado polémicas alrededor de la Atención en las Residencias, los modelos alternativos, los cuidados o la soledad, pero todo esto denota que no está claro cómo abordar el envejecimiento y la manera en que va a afectar al Estado de Bienestar. La población mayor se ha doblado en los últimos 40 años y la esperanza de vida ha ascendido 9 años. ¿Como debemos abordar la sociedad del futuro?
En primer lugar, debemos entender como sociedad que el envejecimiento es un fenómeno natural, inherente al ser humano y que por lo tanto nos afecta a todos. De la misma manera que nos educan en la infancia para ser seres sociales o para nuestra vida profesional, también deberíamos ser educados para abordar nuestro envejecimiento. No vale ese tópico de "ahora a vivir bien", cuando nos jubilamos, porque nunca podremos vivir nuestra vida si la vivimos desde la pasividad. Si, es verdad, que la vida biológica se reduce, pero no nuestra vida biográfica, aquella que está llena de valores acumulados a lo largo de muchos años y a los que parece que hay que renunciar porque ya estás caducado.
En segundo lugar, nosotros como personas mayores deberíamos reivindicar nuestro papel social, desarrollar nuestras aptitudes llenas de valores y experiencias, fruto de toda una vida, y nuestras actitudes ante la vida, sin dejar nuestra autonomía en manos de otras personas que nos quieren enseñar como debemos vivir. Vivimos en un mundo de la hiperinformación, nos abruman de noticias, cada cual más impactante, hasta el punto de volvernos insensibles a ellas y hacernos sentir cohibidos para la reacción. Dice Noah Harari que "la gente necesita la capacidad de dar sentido a la información" y las personas mayores tenemos tanta información a lo largo de nuestra existencia que necesitamos dar sentido a nuestra vida. No es tarea facil, pero se convierte en tarea imposible si nos dejamos arrastrar por esta vorágine hasta el final de nuestros días.
Nuestro Proyecto Vital no termina el día de nuestra jubilación, seguimos siendo parte de esta Sociedad y por tanto sería deseable que siguiéramos aportando, cada uno a nuestra manera, con nuestro granito de arena y de manera altruista a construir una Sociedad más justa. Nuestra fuerza está en la Unión, una sola voz probablemente no será capaz de alzarse sobre el murmullo social, pero si una Voz única que sea generada por un conjunto de personas. No debemos menospreciarnos y no debemos permitir que los demás nos digan como tenemos que vivir. Seamos dueños de nuestro destino. Debemos cuidar nuestra Sociedad, nuestro entorno y a las personas. Quiero cuidar mientras esté activo y que me cuiden cuando esté enfermo.
Santi Larburu, presidente de EUSKOFEDERPEN
15 de junio: Día Mundial de Toma de Conciencia Contra el Abuso y Maltrato en la Vejez
Ainara Arregi
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó en 2006, el 15 de junio como Día Mundual de Toma de conciencia Contra el Abuso y el Maltrato en la Vejez, y desde entonces, se celebra anualmente este día en defensa de los derechos de las personas mayores. Con motivo de ello, en GIZADIBERRI hemos recogido el testimonio de personas mayores como Jesús Orbe y Ramón Urrutia, médico e ingeniero jubilados, respectivamente, que nos han acercado su visión sobre el maltrato a personas mayores y nos han comentado algunas pautas a seguir para combatir el maltrato.
Gizalde, Bizkaia Gara, Batekin
En Euskadi, la tradición solidaria ha perdurado a lo largo de los años, con un crecimiento constante de la participación en actividades voluntarias. Según datos recientes, más del 17 % de la población ha participado en alguna forma de voluntariado en el último año, lo que significa aproximadamente 320.872 personas, demostrando un compromiso sólido con la construcción de una sociedad más justa y equitativa.