Cómo luchar contra la soledad de las personas mayores

Leire García

Fermín Bruguera, donostiarra de 92 años, enviudó hace ocho. De repente, no tenía con quién compartir la vida ni con quién hacer esas actividades de ocio que tanto disfrutaba con su mujer, como acudir a conciertos de ópera, que le recordaban su etapa de director del Orfeón de la Castaña y vicepresidente de la mítica Sociedad Gastronómica Gaztelubide. Estaba solo y, lo que es más importante, se sentía solo.

Como Fermín, 103.800 personas de 65 o más años viven solas en Euskadi (datos del INE). De hecho, casi el 60% de las personas mayores que residen en hogares unipersonales en España reconocen sentir soledad (estudio de CIS-Imserso).

Aunque la soledad puede afectar a cualquier edad -ya es considerada primer factor de riesgo para la salud en el mundo occidental, por encima de la obesidad-, en las personas mayores se relaciona con pérdida de autoestima y movilidad, depresión, deterioro cognitivo, enfermedades cardiovasculares y mortalidad temprana.

Fermín describe la soledad como algo duro. Necesitaba compartir sus días con una persona que le ofreciera acompañamiento afectivo y buena conversación. A través de su Centro de Salud de Donostia, conoció AdinKIDE, donde le presentamos a María, voluntaria de nuestra ONG, dedicada a luchar contra la soledad de las personas mayores. AdinKIDE, implantada desde 2017 en Donostia y Lasarte-Oria, es la delegación en Gipuzkoa de la Fundación Amigos de los Mayores, con 15 años de trayectoria.

María queda una vez a la semana con Fermín y los planes son muy variados, tejiéndose una relación de amistad. Él ha mejorado su autoestima, su ilusión por elegir qué películas van a ver y luego comentar juntos. La voluntaria se queda admirada de su capacidad de análisis. Disfruta con él, de todos sus conocimientos y experiencias que le ha dado el viajar a tantos países, como cuando conoció en París a Pepita Embil, reconocida cantante de zarzuela y madre del tenor Plácido Domingo, o cuando el Orfeón Donostiarra le reconoció su aportación y dedicación a la música.

El objetivo es crear lazos afectivos duraderos y de calidad. Por eso, además de sembrar una amistad que reporta beneficios a la persona mayor y a la voluntaria, en AdinKIDE organizamos actividades de ocio y socialización que permiten que personas como Fermín hagan nuevas amistades y se reencuentren con otros mayores que participan en nuestra ONG.

Recuperar esas relaciones vecinales de toda la vida es una herramienta clave frente a la soledad: primamos las relaciones de proximidad y la colaboración con colectivos sociales para ampliar la red de amistad de la persona mayor en su barrio.

Pero la soledad requiere una respuesta global, como ya hacemos en AdinKIDE al implicar en nuestros programas a instituciones, grandes empresas, pymes y ciudadanía. Se trata de un cambio de chip total, que empieza por derribar los estereotipos por los que se sigue viendo a las personas mayores como incapaces, tristes e infantilizadas. Si nos acercamos a las personas mayores sin prejuicios, como hizo María, es fácil comprobar que tienen mucho que aportar.

A raíz de estos datos desde AdinKIDE entendemos que nuestra presencia es clave y surge como una buena alternativa para mejorar la situación de personas como Fermín: muchas personas mayores como él parten de una situación de soledad o aislamiento que les ha llevado a sentirse tristes, a no salir de casa, a mermar sus capacidades personales y sociales, afectando a su salud física y/o mental; pero, a medida que les visita el voluntario/a y se socializan, recuperan la confianza, las ganas de salir y de hacer cosas nuevas, mejorando su bienestar y salud. Porque vivir mucho está muy bien, pero lo importante es hacerlo con calidad y felicidad.