Stefan Vanistendael: "Tenemos una sociedad que hace promoción del egoísmo humano; se valora más el dinero que los valores"

Ainara Arregi

Stefan Vanistendael (Utrecht, 1951) es sociólogo y demógrafo por la Universidad de Lovaina, Bélgica. Ha sido investigador en el Centro de Estudios de Población y Familia de Bruselas (CBGS) y, desde 1979, trabaja en la Oficina Internacional Católica de la Infancia (BICE), en Ginebra, donde ha ocupado diversos cargos. Difusor del concepto de resiliencia, es autor de numerosas publicaciones en esta línea de estudio, entre las que destaca “La felicidad es posible”, “El realismo de la esperanza” (2004) o “Derechos del niño y resiliencia” (2010). Aprovechando su intervención en la jornada “Comunidades para la Resiliencia” organizada por Gizarteratzen, hemos traído a Gizadiberri al gran maestro de la Resiliencia.

¿Qué significa trabajar en y para la resiliencia comunitaria?
Quiere decir que se necesita un compromiso, pero no solamente para uno mismo, sino para los demás. Y eso cambia las cosas. Entonces, por este tipo de compromisos hay que tener cuidado con lo que pasa en la comunidad, y con las otras personas. En este contexto también me parece importante una comunicación clara, y eso no es fácil. Hay que escuchar bien, hay que entender bien, y eso no es fácil en una sociedad en la que vive de prisa. La manera de vivir tiene que ver también con la fragilidad de las personas; en una buena comunidad, necesitamos una manera de vivir con esas fragilidades, o de corregir errores. Es de inteligentes aprender de los errores.

Mi inspiración se ha basado en los factores de éxito de una misión espacial mixta, entre una mujer astronauta norteamericana y 2-3 astronautas de la antigua Unión Soviética.

Este es un ejemplo de resiliencia en un equipo, pero me parece que hay elementos que sirven para la resiliencia en la comunidad. La astronauta norteamericana cuenta que en la misión la confianza  y competencia técnica de cada uno es primordial. En una comunidad sería buscar personas competentes, pero en éste caso la astronauta norteamericana habla de la manera de corregir errores, y eso puede ser muy útil en una comunidad. La astronauta dice que fue muy impresionante ver como entre los astronautas de la misión, cuando surgieron problemas tuvieron que ofrecer una solución conjunta rápida al problema, y la astronauta recalca que fue impresionante verlos corregir el problema juntos, y una vez solucionado el problema, no se volvió hablar del tema.

Yo creo que este tipo de actitud sería muy buena para la resiliencia en la comunidad. La astronauta recalca, y yo también lo he podido comprobar en la iniciativa Homestart, que un elemento importante para la resiliencia en la comunidad es el humor. Según cuenta la astronauta la comunicación fue un gran desafío, porque ella había aprendido ruso, pero a veces fue difícil y tenía que verificar si había comprendido perfectamente lo que decían los otros astronautas. Aun así, la astronauta recalca que hubo muchos momentos de risa, y eso parece casi imposible en una misión espacial, ya que se requiere mucha concentración y precisión.

El humor me parece un actitud imprescindible para la resiliencia en la comunidad, aunque también tiene sus riesgos. Por ejemplo, que el humor se transforme en humor agresivo contra otra comunidad, como pasa con el racismo. Pero un humor francamente constructivo es muy beneficioso.

¿Cree que nuestras sociedad occidentales actuales y los valores que se promueven favorecen la resiliencia?
Depende de donde se mire en la sociedad. Hay partes y grupos en los que diría que sí se promueven valores de resiliencia, pero también tenemos una sociedad que hace promoción del egoísmo humano; se valora más el dinero que los valores, la competición es más importante que la colaboración, eso a mí me parece que a largo plazo no puede funcionar, y hay una reflexión muy interesante, pues muchas veces asociamos esa reflexión con los economistas, pero yo he aprendido que el padre del mercado libre Adam Smith, tenía una postura ética muy fuerte, y para él un mercado libre puede funcionar bien dentro de un marco ético muy fuerte, y no quería de ninguna manera,  hombres de negocios sin un sentido muy fuerte de responsabilidad para la comunidad. Pero esa parte de Adam Smith yo no sé si se enseña en las universidades o si se olvida todo eso.

¿En una sociedad en la que cada vez somos más individualistas, cada uno mira más a lo suyo, qué papel juega la resiliencia comunitaria?
Es casi una contradicción con la resiliencia comunitaria. Si la persona puede adaptarse a una resiliencia comunitaria, una comunidad debe poder funcionar de otra manera y mejor, pero si la persona no quiere funcionar así, me parece que es un problema. Por eso hay muchas cosas que podemos aprender de otras culturas. Yo no voy a idealizar otras culturas. La persona es lo que es, con un potencial positivo, con su potencial negativo, en cualquier cultura. En algunas culturas africanas pasan cosas terribles que aquí no pasan, pero por el contrario, las culturas africanas tienen valores que nosotros hemos perdido.

El conocido modelo de La Casita presenta modelos que posibilitan la resiliencia. ¿Cómo podemos aplicarlo a la resiliencia comunitaria?
En la reflexión sobre la vida comunitaria se puede aplicar el modelo de La Casita, y se puede utilizar para verificar lo que puede hacer en cada uno de las habitaciones, y que nos pueden ayudar a resolver problemas. Eso me parece posible en una discusión de grupo. Además, hay cosas muy buenas que se hacen sin La Casita, pero que se pueden reconocer muy fácilmente en La Casita. Entonces, esto confirma el potencial de organizar la acción y la reflexión de La Casita. El programa Homestart, por ejemplo, se crea sin el modelo de La Casita, pero se puede reconocer totalmente en la Casita.