Natalia Díez-Caballero
La familia constituye la red de socialización primaria más básica e imprescindible, que cumple en la sociedad una serie de funciones educativas, afectivas y relacionales, que son insustituibles. Y no solo eso; la crisis y las dificultades sociales y económicas que nos han tocado vivir, han hecho redescubrir en nuestra sociedad que la familia representa un valiosísimo potencial para el amortiguamiento de los efectos dramáticos de problemas como el paro, las enfermedades, la vivienda o la pobreza infantil. Junto a ello, sigue ejerciendo su imprescindible papel como cauce de transmisión de valores, hábitos, usos y comportamientos que ninguna otra institución pública puede suplir.
No obstante, para cumplir con este importantísimo rol en nuestra sociedad, se hace necesario que los poderes públicos apoyen a las familias mediante políticas específicas de apoyo. Pero no todos los gobiernos conciben de igual manera esta responsabilidad, hecho que se plasma en las diferentes políticas de apoyo a las familias y en si confieren o no importancia estructural a la familia en sus organizaciones de gobierno. Aquí en Euskadi, recientes estudios muestran hasta qué punto podemos avanzar y mejorar en las políticas de familia y cómo éstas se encuentran a gran distancia de las llevadas a cabo en muchos países europeos. Especial relevancia tienen los informes publicados el pasado año tanto por el Ararteko, como por el SIIS, Centro de Documentación y Estudios.
Como queda patente en ellos, en Euskadi no ha sido hasta entrado el siglo XXI cuando se ha realizado la organización institucional necesaria para comenzar la transversalización de la perspectiva familiar en las políticas públicas, principalmente con la creación de la Dirección de Política Familiar, con los primeros planes interinstitucionales de apoyo a las familias y especialmente a partir de la Ley de Apoyo a las Familias de 2008. Sin embargo, se trata todavía de un desarrollo incipiente, ya que aún carece de las partidas presupuestarias necesarias, así como de medidas propias de calado, además de presentar dificultades objetivas para actuar sobre el entramado institucional vasco con respecto a las competencias de los territorios históricos y los entes locales. Las diferentes políticas sobre fiscalidad, vivienda, transporte, educación, servicios sociales, etc., en muchos casos pueden ser gestionadas desde ámbitos institucionales diferentes, contando con escasa coordinación entre las distintas administraciones implicadas, dificultando no solo su gestión, sino la información o acceso a ellas por parte de las familias.
Pese a los pasos inicialmente dados y al conocimiento de esta problemática por parte de los gobernantes, sigue siendo muy escaso el presupuesto dirigido a políticas concretas para las familias con hijos e hijas. Si bien el gasto en protección social destinado en Euskadi se encuentra cercano al gasto medio de la Unión Europea (en gran medida por el presupuesto destinado a la RGI), sí es llamativamente inferior (un 31,7% del de la UE) el reservado para las familias con hijos e hijas a cargo.
El conjunto de administraciones públicas vascas y en especial el Gobierno Vasco, que debe asumir su liderazgo, tienen grandes retos por delante en este ámbito. En primer lugar, debe mejorar la organización institucional en torno a las políticas de apoyo a las familias, a través de un gran pacto social. A la par, es necesario desarrollar el marco jurídico de la Ley de Apoyo a las Familias, dotándola de un presupuesto acorde y perdurable en el tiempo. Para todo ello, es imprescindible reforzar la inversión pública en la familia, en especial para la compensación de costes de las familias con hijos e hijas y en concreto para fomentar la conciliación de la vida familiar, laboral y personal. No podemos olvidar que Euskadi es una de las regiones de Europa con la tasa de natalidad más baja y uno de los futuros demográficos más preocupantes y que para encauzar esta situación es imprescindible establecer auténticas políticas de apoyo a las familias.
Natalia Díez-Caballero
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[Publicado en Deia, el 1 de febrero de 2015]
15 de junio: Día Mundial de Toma de Conciencia Contra el Abuso y Maltrato en la Vejez
Ainara Arregi
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó en 2006, el 15 de junio como Día Mundual de Toma de conciencia Contra el Abuso y el Maltrato en la Vejez, y desde entonces, se celebra anualmente este día en defensa de los derechos de las personas mayores. Con motivo de ello, en GIZADIBERRI hemos recogido el testimonio de personas mayores como Jesús Orbe y Ramón Urrutia, médico e ingeniero jubilados, respectivamente, que nos han acercado su visión sobre el maltrato a personas mayores y nos han comentado algunas pautas a seguir para combatir el maltrato.
Alzheimerra, lehentasun soziosanitarioa
Koldo Aulestia
Alzheimerrari heltzea osasun publikoaren lehentasuna eta lehen mailako arazo soziosanitarioa da. XXI. mendeko epidemia isil handia bihurtu da, eta edozein sistema soziosanitarioen iraunkortasunerako erronka handia.