Gorka Moreno
Antes de empezar a profundizar en las principales características de los flujos migratorios en Euskadi, parece interesante subrayar algunas premisas iniciales para poder contextualizar y acotar mejor el fenómeno de la (in)migración internacional; tanto para el caso vasco como para el europeo en general.
En primer lugar, la inmigración tiene que ser entendida como un fenómeno estructural y no coyuntural. Esta idea conlleva una clara y contundente afirmación: la población inmigrante procedente del extranjero ha venido al País Vasco para quedarse, no van a irse. Por lo tanto, las políticas de integración para el colectivo serán necesarias e imprescindibles.
En segundo lugar, Euskadi –también Europa- necesita la inmigración. En los últimos años el número de llegadas ha seguido aumentando y es bastante plausible pensar que también lo hará en los próximos. De esta forma, la inmigración está dando respuesta a toda una serie de necesidades laborales y sociales que de otra manera tendrían difícil cobertura. Dicho de otra manera, la inmigración supone un relevante, necesario y positivo aporte a la sociedad vasca, tanto en el plano económico y laboral, como en el social o el demográfico.
Todo ello se ve reflejado en flujos migratorios que están completamente vinculados a la coyuntura y a la situación económica. Mientras que en el periodo de recesión económica dichos flujos se ralentizaron enormemente y en algún año incluso se dio incluso un descenso en el número de personas inmigrantes de origen extranjero residente en Euskadi; en la actualidad observamos que, de nuevo, estos flujos están aumentando considerablemente, detectándose incrementos anuales de casi 10.00 personas en los dos últimos años. Así, en el año 2018 se encuentran empadronadas en Euskadi 206.175 personas de origen extranjero –nacidas en el extranjero-, que suponen el 9,4% del total de la población.
Este porcentaje se sitúa por debajo de la media estatal -13,6%-, debido en gran parte a una estructura socioeconómica en la que sectores relevantes para la inserción laboral del colectivo inmigrante, como por ejemplo la agricultura, el turismo o la construcción, tiene un escaso peso. De hecho, el sector laboral más importante para el colectivo es el de las tareas domésticas y los cuidados personales, lo que hace que haya más mujeres inmigrante que hombres y que casi la mitad del total de la población inmigrante de origen extranjero en Euskadi proceda de Latinoamérica.
En un contexto como éste, en el que se entrecruzan diferentes fases y necesidades migratorias, es necesario plantear una respuesta institucional multifocal y de carácter tridimensional, en el que se pueda conjugar la acogida y las cuestiones asociadas a la extranjería –primer momento del proyecto migratorio-, con otras más vinculadas a la integración o también a la gestión de la diversidad –momentos de consolidación y madurez de los procesos migratorios-. Además, es un escenario en el que en los últimos meses ha surgido con cierta fuerza mediática y social el fenómeno de los migrantes en tránsito.
Estimamos que más allá de la imperativa necesidad de dar una respuesta ad hoc adecuada y basada en los derechos humanos y la dignidad de estas personas, la situación actual no puede hacernos perder la visión global y panorámica. La mayoría de estas personas en tránsito se dirigen a terceros países, por lo que la respuesta tiene que adecuarse a sus expectativas y necesidades y no a otros parámetros.
Del mismo modo, aquellas que decidan quedarse en Euskadi tienen que tener la posibilidad de acceder a los mecanismos y al sistema de acogida ya existente. La labor que se viene realizando tanto desde los diferentes niveles administrativos, como desde el tercer sector, ofrecen herramientas válidas y contrastadas para dar respuesta a estos primeros pasos en los procesos de integración y arraigo.
Por todo ello, creemos que nos encontramos en un escenario relativamente propicio para trabajar en este campo y avanzar en los procesos de integración del colectivo inmigrante –también en el de sus hijos e hijas-. La inmigración en estos momentos es una oportunidad y no un problema y uno de los principales objetivos en estos momentos debiera de ser que la sociedad vasca en su conjunto pueda acercarse en estos términos al debate sobre la inmigración, partiendo de de un marco rector sustentado en la ciudadanía inclusiva y en la igualdad de trato y no discriminación. Para ello, estimamos que una intervención proactiva, participada y consensuada por parte de todos los agentes implicados en este ámbito puede ser una herramienta fundamental.
Adinkeria saihestea helburu duen hitzarmena
Goiena
Goiena Komunikazio Taldeak akordioa hitzartu du Gizadiberri programako arduradun direnekin, adinkeriaren inguruko kontzientzia pizteko: langileekin ikastaro bat egingo dute, eta hor jasotzen dutena helaraztea izango da euren lana landutako edukietan.
Gizalde, Bizkaia Gara, Batekin
En Euskadi, la tradición solidaria ha perdurado a lo largo de los años, con un crecimiento constante de la participación en actividades voluntarias. Según datos recientes, más del 17 % de la población ha participado en alguna forma de voluntariado en el último año, lo que significa aproximadamente 320.872 personas, demostrando un compromiso sólido con la construcción de una sociedad más justa y equitativa.