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Adolfo Alustiza: “Estamos bien en un sistema que está mal”

Ainara Arregi

Gizadiberri entrevista a Adolfo Alustiza, director en funciones de Lanbide, para conocer todos los detalles de la Renta de Garantía de Ingresos  (RGI) de la CAV, y analizar el futuro de las ayudas sociales en Euskadi.

¿Actualmente cuáles son los datos de la RGI?

En estos momentos, tenemos en torno a 65.000 personas titulares, pero como ya sabéis la RGI no se da a un titular, se da a lo que denominamos una unidad de convivencia, y por tanto, llega a unas 125.000 personas. Los datos fluctúan; los solicitantes entran al sistema, salen del sistema, dependiendo de si obtienen trabajo, a los que se les acaba el paro, pero la media viene a ser 65.000 solicitantes y 125.000 personas beneficiarias del sistema.

¿Ha ascendido o descendido el número de solicitantes de la RGI?

Los primeros años de la crisis casi se duplicó el número de solicitantes de la ayuda, fue muy importante el número de perceptores que se incrementó, y en los últimos años, en el 2014, 2015 y 2016, lo que vemos es que se mantienen unas cifras parecidas. Hay ascensos al principio de año, descensos a final de año, pero la cifra global se está manteniendo.

¿Por qué si el desempleo está bajando, por qué se mantiene, y en algunos meses aumenta la cifra de perceptores de la RGI?

La RGI al ser el último recurso que tiene una persona, tiene que ver con las personas que dejan de percibir los subsidios de desempleo y las prestaciones por desempleo. Es decir, tiene que ver con el paro de larga duración. El paro de larga duración es altísimo en la CAV, también en el Estado, supera el 50%. Con lo cual son personas que van entrando en la RGI, y además, son personas de paro de larga duración, por lo que son las personas que más difícil tienen la inserción en el mercado laboral. Con lo cual, previsiblemente, aunque el mercado se acelere y se vayan reduciendo las tasas de desempleo, habrá que esperar un tiempo para que estas personas vayan notando una mejoría en el mercado laboral.

¿Cuál es el perfil del demandante de RGI?

Podemos hacer 2 tipos de perfiles diferentes: 

1.- General: tienen entre 35 y 44 años, es mujer, la unidad de convivencia es unipersonal, no pensionista (el 75% de las personas son no pensionistas), con vivienda en alquiler, con estudios muy básicos, fundamentalmente residente en Bizkaia, en la comarca de Bilbao, y no es extranjera, es de nacionalidad española.

2.- Este perfil en los extranjeros varia un poco: tiene entre 35 y  45 años, hombres, unidad de convivencia unipersonal, tiene una renta complementaria de trabajo, (está trabajando pero el sueldo que tiene es insuficiente y se complementa), no pensionista, tiene estudios obligatorios, con vivienda en alquiler, está cobrando el PCV (Prestación complementaria de vivienda), y también son residentes en Bizkaia, en la comarca de Bilbao, fundamental.

En una entrevista concedida a un medio de comunicación hace un año, usted reconoció que es un sistema "a mejorar porque ha sufrido una transformación muy fuerte en el paso de la gestión de las Diputaciones al Gobierno vasco". "Ese paso se hizo de manera un tanto abrupta y ha generado problemas”. ¿Cuáles fueron los problemas que surgieron a consecuencia de este cambio?

Tengo que decir con rotundidad y sin miedo a equivocarme que el sistema en el año 2012 estuvo en riesgo.

¿Por qué estuvo el sistema en riesgo?

Porque la asunción de la gestión por Lanbide se hizo de una manera para la que Lanbide no estaba preparada. Lanbide es un organismo administrativo, y la RGI es posiblemente la prestación más compleja de gestionar. Cuando se asume, ni el personal era suficiente, ni el personal estaba formado, ni existían protocolos para resolver la tramitación, y fundamental, tampoco había un instrumento informático que diera soporte a una gestión tan complicada.

¿Eso qué supuso?

Eso supuso que en el 2012 hubiera unos problemas de gestión gravísimos, que se generara además unos acumulados negativos que luego ha habido que ir ordenando, a posteriori. Por ejemplo, en el 2013, cuando nosotros nos hicimos cargo de la situación, el tiempo medio de tramitación de los procesos de la RGI excedían del máximo legal permitido, estaban en torno de 105 días naturales, cuando la Ley dice que tienen que ser 60 días de tramitación. En algunos casos había retrasos de hasta un año. Nos encontrábamos con colas en las oficinas, con una impresión muy negativa de lo que era el servicio, y con un impacto con las personas que estaban en desempleo. Es decir, la imagen que se traslada es muy negativa y tiene un impacto no solamente en las personas que su medio de subsistencia es la RGI, sino que también en las personas que tenían que ir a Lanbide a sus gestiones de empleo.

Es cierto, cuando se decía la RGI se ha comido a Lanbide, era una expresión cierta, real. Es más, tiene un impacto negativo en todas las facetas de empleo en Lanbide, se vuelven para atrás, de lo transferido se empeoran los datos, se empeora la gestión, y se empeora la gestión de la RGI.

¿Cómo estamos ahora?

Estamos resolviendo los expedientes en una media de 48 días naturales, es decir en mes y medio, por lo cual se ha mejorado mucho, y estamos dentro de los plazos que marca la Ley. Han desaparecido las colas, se están resolviendo al día los recursos, se está contestando al día al Ararteko, se ha multiplicado por tres la capacidad de revisión de los expedientes. ¿Eso que ha provocado? Pues que cuando revisamos los expedientes, hay muchos expedientes que tenemos que ajustar, es decir, si alguien ha cobrado 700 euros, y tenía que haber cobrado 650 euros, durante todo el tiempo que no se ha podido revisar eso, al final el acumulado es muy importante. Es lo que se denomina Pagos o Cobros Indebidos, término que es abominable, porque  no hay nada indebido, lo único indebido es el fraude, todo lo demás no es indebido. Simplemente, la prestación que es muy viva y es muy compleja, genera cambios, y según entra la información hay que ajustar la nómina. Entonces, nosotros preferimos hablar de ajustes de nómina, que no de pagos o cobros indebidos.  

El problema es cuando se manipulan los datos y se lanzan a la opinión pública “mantras”: lo del efecto llamada, Lanbide es un caos… En un momento tan delicado como en el que estamos en nuestra sociedad, este tipo de manipulaciones tienen una acogida o germinan con facilidad. Lo sabemos que es así, pero no deja de ser una estrategia política.

El nivel de control es tal, que en el 2015, hicimos 1.500.000 transacciones de interoperabilidad con datos de RGI. Dentro de las 1.500.000 transacciones que se realizan se controlan los siguientes 11 parámetros: catastro,  Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), padrón, identidad, Etxebide, parejas de hecho, residencia, padrón domiciliario, prestaciones, datos de desempleo y padrón histórico.

Fruto de las revisiones, al mes hay una media de 1.300 suspensiones o extinciones. El tema no es broma. Aquel que dice que esto es un coladero, que no se controla, miente… Los datos son aplastantes.

¿Y sobre las cantidades a reintegrar, cuales son los datos?

Respecto al tema que tanto preocupa y sale tanto en los medios de comunicación de las cantidades a reintegrar, hay 2 cosas importantes que mencionar:

Cualitativamente, la publicación y la entrada en vigor en marzo de este año 2016 de un nuevo sistema de cómo hacer las recuperaciones, de manera que tenga en cuenta la situación de la familia para no generar pobreza. Antes las Diputaciones y hasta esa fecha nosotros, en Lanbide, lo que se hacía era descontar un 30% de la nómina, automáticamente. Y ahora lo que hemos hecho es graduar, en base a la situación de la familia. Por ejemplo: proteger a una familia con niños, proteger a familias con personas con discapacidad. Lo que hacemos es sistematizar, y la cantidad puede variar.

Es muy importante el salto cualitativo que hemos dado este año. Pasamos de no reclamar la devolución, en el 2012 y 2013 hubo cero reclamaciones, empezamos en el 2014, y ahora estamos en el 100%. No teníamos ninguna capacidad de revisar y reclamar, y ahora ya estamos reclamando el 100%. Tenemos el sistema y un sistema de pago no muy perjudicial para regularizar toda esa bola de nieve que se había creado ahí, y creemos que para finales de 2016 toda la situación estará regularizada.

Respecto a la polémica de ajustes de nómina, Lanbide regulariza el 5% de lo que se genera al mes, la nómina mensual viene a ser de 40 millones de euros, y lo que hay que regulariza al mes son dos millones, el 5%. Eso significa que el 95% está ajustado. Pero es que si luego dices ¿porque se provoca ese 5%? Los motivos:

32% por motivos de trabajo. Nosotros cerramos la nómina el 19 de cada mes y mandamos a Hacienda el día 20 y se paga a principios de mes. Ahí hay un tercio del mes, 10 días, que se puede producir cualquier tipo de modificación. Eso el día 19 no se conoce, se regulariza al mes siguiente. De esa cifra que dicen que es terrible, un tercio es por motivos de trabajos, cosa que es saludable.

26% es porque ha habido cambio de residencia, porque han salido de la Comunidad Autónoma… Pueden estar fuera un mes. Si están más de un mes fuera y  nosotros tenemos conocimiento de ello, suspendemos  la prestación, y si esta más de 3 meses se le retire la ayuda. Esas salidas también se regularizan. Este tipo de cuestiones administrativas son inevitables.

El 14% por modificaciones en las prestaciones o pensiones.

Por fraude o uso inadecuado el 11%. Las cantidades detectadas las reclamamos.

Por perdida de requisito son el 7%.

Otro 7% porque a la hora de hacer las cuentas han superado los mínimos. 

Por cambio de unidades de convivencia son el 1’8%.

Esas son las causas que originan el 5% total. Por eso podemos decir que aquel que dice que es un desastre miente o desconoce.

¿Y respecto a la inserción cuales son los datos?

El año pasado, en el 2015, insertamos al 24% de las personas que están recibiendo la RGI. Este es uno de los objetivos de la Ley; garantizar la subsistencia e insertar laboralmente. Nosotros creemos que es una cifra que la podemos mejorar, sustancialmente. ¿Cómo? Mejorando y mucho, todos los procesos de inserción, pero con todas las personas, no solamente  con las personas que cobran la RGI, sino todas las personas que están en desempleo. Somos conscientes que asentada la estructura y haciendo unas modificaciones que tenemos que hacer de orden interno, podemos tener una mejora sustancial en el índice de inserción.

¿Y para el 2017 qué se prevé?

Mejorar las cifras actuales. La tasa de eficacia de Lanbide, que es un dato también novedoso, es del 30% de media, es decir, logramos que el 30% de las personas que reciben algún servicio de Lanbide tengan un contrato de trabajo. Con la RGI es del 24%. Eso significa que hemos logrado medirlo, me gustaría saber los datos de otras comunidades autónomas.

 

En una comparecencia ante los medios, el consejero en funciones Angel Toña decía que se debe reflexionar si algunos colectivos atendidos por la RGI, podrían estar mejor asistidos en Servicios Sociales, para que así Lanbide se centre en los perceptores de la RGI que más empleabilidad tienen. ¿Qué nos puede adelantar sobre este tema?

La RGI esté regulada por el Parlamento, no por el Gobierno, por lo tanto, no va haber ningún cambio, sino hay ningún cambio legal. Eso hay que tenerlo claro. Parece que cuando se dice a futuro esto va a pasar mañana.

Si algo hemos aprendido con la RGI, es que los cambios no se pueden hacer como se hicieron, sin las mínimas o máximas garantías de que no afecte negativamente a las personas perceptoras de la RGI. Cualquier perceptor de la RGI de ahora o del futuro tiene que estar tranquilo, porque eso ya pasó en el 2012, y no volverá a pasar, no podemos poner el sistema en riesgo otra vez, y el Gobierno no lo va a hacer. Y en entiendo que los partidos políticos en el Parlamento tampoco.

¿Una comisión técnica trabaja actualmente para reformar la Renta de Garantía de Ingresos (RGI). ¿Qué nos podría adelantar sobre esas modificaciones?

No es una reforma de la RGI. Hay una comisión que está viendo que dificultades hay y qué propuestas de mejora puede haber. ¿Y dificultades en qué? Algunas dificultades que tendrán que ser abordadas en una futura reforma de la Ley, por ejemplo: nuestro sistema separa en cuantías en una unidad de convivencia de 3 miembros. A partir de 4, 5, 6 la cuantía es la misma. Otros sistemas en Europa, dependiendo del número de la unidad de convivencia van aumentado las cuantías, es decir, protegen mejor. Y esa es una cuestión que tendrá que ser debatida en el Parlamento. Otra cosa es que nosotros pongamos eso en un papel y lo escribamos. Por lo tanto, hay algunos aspectos que entendemos que pueden ser modificables en la Ley, pero que no corresponde al Gobierno  hacer nada sobre ello en este momento.

Yo creo que para abordar un cambio de Ley se tienen que dar unas condiciones, unas circunstancias, de cierta serenidad política y de gestión que permitan hacer un debate sereno y no demagógico del sistema que tenemos.  

¿El Parlamento Europeo ha tomado de ejemplo el modelo de ayuda social de Lanbide. ¿Es verdaderamente la RGI de Euskadi un ejemplo a seguir?

Sin ninguna duda, porque ha llamado la atención del Parlamento Europeo. Lanbide está en un proyecto que se llama “Millenium” que es un proyecto a nivel global que trata de identificar los rasgos fundamentales del empleo del año 2050. De hecho, en Euskadi, hay un nodo de análisis de qué variables van a jugar en el empleo del 2050. Es obvio que va a haber una transformación muy importante, y es obvio que el empleo va a cambiar radicalmente. Y es obvio, que con la automatización, los robots, la inteligencia artificial, la impresión en 3D va haber una disminución del empleo importante. Aquí es donde tiene una importancia relevante las rentas mínimas. Y desde la Universidad de Washington que lidera este proyecto, se ha mostrado un gran interés por nuestro sistema de RGI. Nuestro sistema no solamente es de éxito porque nos sitúa en parámetros de cohesión social de los más altos de Europa, nos sitúa en índice de desarrollo humano de los más altos del mundo, y nos sitúa en índices de pobreza de los más bajos de Europa, y por lo tanto, del mundo, por lo tanto es un sistema de éxito. No lo sería si la gestión de Lanbide fuera mala, porque si la gestión de Lanbide fuera mala no se estaría cumpliendo con los objetivos de la RGI, por lo tanto no se tendría ese éxito. Con referencia a España la diferencia es brutal. En Europa estamos muy bien situados.

Los datos demuestran que la RGI es un instrumento fundamental para el desarrollo de toda la sociedad vasca, no es un gasto, es una inversi básica para que todos nosotros vivamos cada vez mejor, es bienestar para todos. Y en ese sentido es efectivamente modelo, modelo en Europa.

¿En qué puede mejorar Lanbide?

Lanbide ha tenido un desarrollo en los últimos 3 años fundamentalmente, porque los dos primeros años vamos a decir que no cuentan, porque sobre todo el impacto de la RGI hizo que toda la dirección y las personas trabajadoras de Lanbide se dedicaran a garantizar esos ingresos mínimos, y en 3 años lo que hemos conseguido ha sido estabilizar toda la organización.

Después del tsunami del 2012, hemos pasado de una organización muy débil en todos los aspectos del empleo, a estar a la cabeza del Estado. ¿Eso quiere decir que estamos felices y contentos?   No, porque somos conscientes de que hacemos bastante bien las cosas, pero ese desarrollo muy acelerado en Lanbide, tiene elementos todavía de debilidad. Por ejemplo, somos deudores del sistema de España, en general, y también en la casi imperceptible orientación hacia la empresa. Si el sistema español se caracteriza por algo, es por una bajísima orientación hacia la empresa, y nosotros estamos en un sistema que hemos heredado, y en estos 3 años lo que hemos hecho ha sido estabilizar el sistema. Por lo que nuestro gran reto es dar un giro, y orientar la actividad de Lanbide fundamentalmente a la empresa. Ese el gran reto de la siguiente legislatura. Y el segundo reto es mejorar los itinerarios personalizados de las personas que están en búsqueda de empleo, y ser resolutivos con esos itinerarios. Primero, tenemos que mejorar el diagnóstico y la planificación de esos itinerarios, ajustándolo a las personas, haciéndolo con mucha más calidad de lo que se hace ahora, y una vez  de poner un itinerario con unos objetivos, ser mucho mejores en cumplirlo. Al final, ese segundo aspecto no puede ser bueno, si no tenemos el primero. Es el gran déficit.

Podemos decir que estamos bien en un sistema que está mal. Estamos bien en el sistema del Estado, pero el sistema está mal.  

Lo que hemos logrado es recuperar y estar bien en un sistema que está. ¿Por qué está mal? Porque es un sistema que abandona a la empresa, no mira hacia la empresa. Los procesos de inserción, cuando se habla de empleabilidad, no está en base a los cursos que hace una persona, sino de las posibilidades que tiene para ser contratado, y eso depende de las empresas. Si no sé lo que necesita la empresa, no te puedo ofrecer, no te puedo establecer un itinerario, que te lleve al empleo, porque no sé a dónde te llevo. El reto en los próximos 4 años es, efectivamente girar y tener unos servicios a la empresa, que satisfagan a la empresa, y conocer perfectamente lo que necesita la empresa para poder tener éxito. Ese el reto en los próximos 4 años. Tenemos que salir del sistema existente actualmente, y tenemos que avanzar hacia otro diferente, en el que podamos ofrecer mejores servicios a las personas.

¿Cuál cree que sería el modelo de RGI del futuro?  

No sé, y no lo sé por una sencilla razón; porque nadie sabe qué tipo de sociedad va haber dentro de 15-20 años. ¡Va a cambiar tanto, está cambiando tanto! En nuestra participación en foros de prospectiva, algunas veces me sorprendo. Hace poco estuvimos en unas jornadas, en las que algunos decían el trabajo en el 2025 va a ser así y así… ¡Si no tenemos ni idea! Sabemos que las cosas van a cambiar, porque siempre han cambiado, la tecnología ha cambiado. Eso no es un elemento nuevo, la novedad es la velocidad del cambio. No sabemos cómo va a afectar esa velocidad y la repercusión que va a tener en todos los elementos económicos, y por lo tanto, sociales y tecnológicos.  Tenemos la nanotecnología, las ciencias biotécnicas, tenemos la impresión en 3D, y sobre todo, la inteligencia artificial que no sabemos qué impacto va a tener.  Todo eso en su conjunto, no sabemos qué impacto va a tener.

Nosotros cuando proyectamos el futuro, hablamos de tener estructuras muy flexibles para el cambio, diseñadas para asumir cambios.

Dependerá de qué transformaciones y cómo se produzcan en la sociedad. Yo no tengo la menor duda de que vamos a ser capaces de generar riqueza suficiente para todas las personas, de hecho, hoy ya la generamos. El problema es cómo se va a repartir, que de hecho es el problema de hoy en día, cómo se reparte. Como se reparten unos recursos que son del Planeta, y son de todos los seres vivos que vivimos en el Planeta, y no he dicho todas las personas. Son unos recursos que tenemos que compartir, la cuestión sigue siendo como se reparten. Es decir, en el 2050 muy probablemente el 90% del trabajo, que hoy lo entendemos como trabajo, lo podrán hacer las maquinas.

 

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